¿Cuál es el significado de salvarse o no salvarse?  La primera vez que cayó en mis manos este poema de Benedetti me pareció muy obvio lo que quería decir: hay que agarrar la vida con fuerza y viajar con todo lo que nos traiga, asumiendo que el dolor al igual que el placer es parte de ella y que, nos guste o no, tenemos que "aprender a aprender de él". 
Con los años creo haber llegado a la conclusión de que no salvarte tiene más que ver con aceptar todo lo que forma parte de ti, lo bueno y lo malo. El viaje más intenso que puede vivir un ser humano es el de conocerse a sí mismo, el de llegar a esos rincones que habitan nuestras entrañas y que en la gran mayoría de las ocasiones están ocultos tras puertas blindadas que ni el mejor de los cerrajeros sería capaz de  abrir. Sólo nosotros tenemos esa llave que nos guiará a un lugar mucho más honesto y sincero; a ese lugar que normalmente está habitado por sentimientos como  el dolor, la inseguridad, el rechazo y por el miedo, sobre todo por el miedo; miedo a abrirnos en canal, a mostrarnos ante el otro tal y como somos, a que nos vean de verdad (en general todos nos miran, pero muy pocos nos ven) y sobre todo, miedo a no ser capaz de integrar esas viejas piezas escondidas al rompecabezas de lo que creemos ser. Cuando todas las puertas están abiertas no hay salvación posible porque no queda lugar para la proyección de hologramas, para la impostura de no sentir; en síntesis, se ilumina el lado oscuro del corazón y no queda espacio para no ser lo que somos...